El rastro de la “revolución ciudadana” en 20 años
Si Junín no se hubiera resistido desde hace 20 años a la extracción minera ese cobre no estaría ahí, ese dinero ya se lo hubieran feriado, y seguiríamos siendo “pobres”, Junín sería un desierto y su comunidad no existiría, los animales hubieran muerto, lo verde estaría gris y lo azul negro. Frente a sus laderas veríamos un paisaje apocalíptico de destrucción, un altar a la arrogancia y avaricia que solo el ser humano, quien se cree dueño de todo, puede hacer. El gobierno estaría enjuiciando a las compañías mineras en la corte internacional, y estaría buscando explotar otra mina para sacar de la pobreza al valle de Intag.
Hoy se utilizan términos como “minería responsable”, “1 por 1000”, “buen vivir”, “revolución ciudadana”, todos manipulados para minimizar su verdadero impacto, su verdadera realidad. A nadie le podrían convencer diciendo que la minería no contamina, no destruye, no mata, por eso la llaman “responsable”. ¿Existe minería que no contamine, destruya o mate? ¡Pues no!, en el mundo ni con toda la tecnología de punta existe mina que no lo haga. Así que seguramente el término “responsable” se refiere a que quienes las ejecutan serán responsables de esta contaminación, destrucción y muerte para que en el futuro puedan ser enjuiciados. ¿Pero quién ejecuta esta minería? El gobierno del Ecuador, y ese gobierno somos nosotros mismo “la revolución ciudadana”, así que vamos a contaminar, destruir y matar a Junín, Intag y el Yasuni, y la responsabilidad, consecuencias y juicios caerán sobre nosotros mismos.
Junín y el Yasuni serán la copia a lo sucedido con Chevron, el Gobierno denunciando y combatiendo a una empresa de la cual sus compañías estatales fueron cómplices y parte de esa explotación nefasta en la selva Ecuatoriana. Si bien es verdad que la compañía petrolera tiene culpa, pues nosotros también con nuestro silencio dejamos que esto ocurra, nos hicimos los de la vista gorda, los directivos estatales aceptaros sus sobornos, el gobierno firmo los contratos exonerándolos de toda culpa dejando a las comunidades de la selva, a ellas que no recibieron nada, las que no firmaron nada y a quienes no les preguntaron nada, destrozadas, humilladas y enfermas. Todo se resume a lo mismo y en 20 años Junín e Intag estarán, como esas comunidades de la selva, en su derecho de enjuiciar y de exigir que se remedie su territorio y se les indemnice por su sufrimiento. ¿Pero a quién enjuiciaran? al Gobierno del Ecuador, al Estado que permitió estos atropellos, que se dejó estafar, que abusó de su poder y se ferió buena parte de esa plata en campañas mediáticas de desprestigio a estas comunidades y colectivos, usando términos como “terroristas”, “tirapiedras”, “malcriados”, “rebelión”, o en el caso de la llamada “Mano sucia de Chevron” una campaña necesaria pero que lamentablemente la utiliza para minimizar y ocultar su culpa, y para irónicamente explotar la selva otra vez.
El descaro es valerse del término “uno por mil” del Yasuni para “superar la pobreza" de las comunidades de la selva, cuando primero el Gobierno debería pagar sus deudas con estas tierras antes de asaltarlas de nuevo con consecuencias irremediables.
La naturaleza no nos pertenece y no tenemos derecho sobre ella, pero si alguien lo tuviera serían sus guardianes, esas comunidades y pueblos que le han dado la espalda a la explotación, destrucción y muerte, luchando por una vida digna y manteniendo ese cobre, oro y petróleo bajo tierra. Viva Junín, Viva Intag, Viva el Yasuni, Viva por todos los guardianes!!!!
Por favor ayudemos a parar esto, seamos conscientes, informémonos, cuestionemos la decisiones del Gobierno, participemos de los colectivos y colaboremos con las comunidades. Hablemos claro diciendo las cosas por su nombre y no nos dejemos engañar con terminologías.
Dejemos de ser silenciosos y cómplices o en 20 años viviremos la verdadera pobreza.
Hablando claro:
“Uno por mil”: Uso de tecnología de punta para la explotación, destrucción y muerte del Yasuni.
“Minería Responsable”: Uso de tecnología de punta para la explotación, destrucción y muerte de Junín e Intag.
“Revolución ciudadana”: Ninguna revolución, cero participación ciudadana.
“Buen vivir”: Excusa para realizar cualquier explotación, destrucción y muerte.
“Terroristas”: Pueblos que le han dado la espalda a la explotación, destrucción y muerte.
“Tirapiedras”: Colectivos en contra de la explotación, destrucción y muerte.
“Malcriados”: Personas que cuestionan y se expresan en contra de la explotación, destrucción y muerte.
“Rebelión”: termino penal para encarcelar a todo aquel que se opone a la explotación, destrucción y muerte.
“Superar la pobreza": Excusa para realizar cualquier explotación, destrucción y muerte.
Por: Soroche de los andes (Isadora y pedro), info@sorochelab.com